Nota del 2005!
Este hecho numérico nos habla de la importancia cuantitativa que adquiere el mundo de habla hispana en los Estados Unidos pero, sobre todo, nos convoca a una autocrítica al interior de la Comunidad Hispana para revisar la calidad de nuestro proceso de inserción, integración y presencia en esta NaciónEs evidente, entonces, que a medida que la Comunidad Hispana va creciendo y se va integrando en la sociedad norteamericana su poder adquisitivo aumentará y que “los hispanos” se han ido convirtiendo en un segmento de gran importancia para el presente y futuro económico de esta Nación; pero también es cierto que la Comunidad Hispana tiene para consigo misma y ante el futuro una enorme y esperanzadora tarea definida por retos tales como:
• Ser capaz de presentarse como comunidad cohesionada y solidaria al interior de si misma y ante la sociedad norteamericana.
• Ser capaz de presentarse como comunidad identificada con su pasado, con su historia, sus costumbres, su lengua, su religión y sus tradiciones; orgullosa de su cultura y de sus orígenes.
• Forjar la nueva “identidad hispana o latina” (sin que discusiones alrededor de temas insulsos como el de nuestra propia denominación en los Estados Unidos – si “hispanos” o “latinos”? - nos enreden o distraigan de temas fundamentales como los que aquí enumero.
• Explorar núcleos de población hispana pensante que respondan al bagaje cultural e idiosincrasia de nuestros pueblos; que aprecien “lo nuestro” y que plena y orgullosamente sintonizados con nuestra historia y tradiciones, lengua y religión logren la identificación y formación de lideres hispanos que hagan presencia pública y representativa en los centros de dirección y toma de decisiones políticas y sociales de esta Nación.
• Lograr – mediante un liderazgo hispano idóneo – una presencia dialogante, digna y “de igual a igual” con la cultura dominante de esta Nación.
• Lograr la consolidación de un cuadro de lideres hispanos que en los foros locales, nacionales y mundiales sepan articular y representar las grandes aspiraciones del mundo hispano residente en esta Nación y en toda América Latina.
• Por otra parte, los cuadros de liderazgo hispano (demócratas u republicanos) han de dar un salto cualitativo en el ejercicio de la política; de tal manera que – en medio del desprestigio actual de la manera de hacer “política” – logren rescatar el valor de la cosa publica y del servicio a la comunidad. Todo lo cual pide vocación y mística, calidad humana, transparencia, coherencia, integridad, probada moralidad, capacidad de autocrítica y de medirse ante principios éticos, hombres y mujeres ajenos a las fáciles componendas, a los trueques, a la traición y a los engaños con los que se pone el interés y provecho propio por encima del bien común.
Sí; digámoslo una y otra vez. Si la comunidad hispana en los Estados Unidos quiere – y lo necesita - lograr reconocimiento y presencia eficaz y válida ha de identificarse y cohesionarse pero – sobretodo - ha de lograr (como históricamente lo han logrado otros grupos étnicos en esta Nación) un cuadro de liderazgo que imponga corrientes de pensamiento “propio” y – a veces – hasta de oposición con “el establecimiento”, además de la solidaridad alrededor de temas de interés nacional, internacional y – especialmente - latinoamericano.Porque uno de los grandes impedimentos y limitaciones que ha tenido el desarrollo de la comunidad hispana y de “lo hispano” en los Estados Unidos ha sido la improvisación de nuestros lideres y la falta de méritos y el perfil que cada circunstancia nuestra y cada momento histórico demandan. Así, hay hombres y mujeres (con o sin origen hispano) que en nombre de la comunidad hispana ejercieron y ejercen liderazgo en el seno de la sociedad y de la Iglesia sin formación, sin capacidades, sin visión de futuro, sin compromiso e identidad con “lo nuestro” y – obviamente – sin interés alguno de velar por nuestras aspiraciones, nuestros valores, nuestra cultura y nuestros intereses. Todo lo cual nos ha costado experiencias poco honrosas cuando no serios y rotundos fracasos de “lo hispano” en esta Nación.
Nuestro futuro en esta Nación depende de muchas variables. Una de ellas – sin lugar a dudas y muy importante – es y será el nuevo tipo de liderazgo hispano que logremos formar y desarrollar. Hoy, todas las organizaciones hispanas presentes en los Estados Unidos deberían empeñarse en la tarea de formar liderazgo hispano sin improvisaciones ni arribismos.
Por último - y como otra variable importante a tener en cuenta – hay que constatar que nuestro perfil migratorio está cambiando: en los últimos años está llegando a los Estados Unidos un nuevo segmento poblacional proveniente especialmente de Venezuela, Brasil, Colombia y Argentina compuesto por hombres y mujeres de la clase media-alta y alta de esos países. Se trata mayoritariamente de profesionales, solventes y pudientes económicamente, con un estilo de vida moderno y sofisticado, con capacidad de inversión, que escapan de los conflictos sociales de nuestras naciones (producto del caos, del desorden, de la corrupción administrativa y de la inestabilidad política). Establecen doble residencia, le dan una nueva cara a lo que estamos llamando “Comunidad Hispana en los Estados Unidos” y con su nueva presencia nos lanzan un nuevo desafío: ¿ Cómo integrar, sintonizar y cohesionar sus valores, su estadio académico e intelectual, sus intereses y aspiraciones con las de los grupos tradicionales de hispanos establecidos – por décadas - en los Estados Unidos, generalmente caracterizados por el no reconocimiento, la marginación y la postergación social debido a la falta de oportunidades aquí y en nuestros países de origen?. Dicho de otra manera, ¿Cómo dialogar y realizar una convergencia de intereses entre grupos tan disímiles - y hasta irreconciliables en nuestras naciones de origen - que ahora se encuentran aquí, llamados a formar la única “Comunidad Hispana” en los Estados Unidos?. Sobran, entonces, los motivos para seguir viviendo, luchando y esperando!
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